02 noviembre 2018

2 de Noviembre. Ruh'n in Frieden alle Seelen (Schubert D343)

Franz Schubert.  Litanei - D343. Fischer Dieskau-G.Moore 

https://youtu.be/NrqIEwQhRMo

LITANEI. AM TAGE ALLER SEELEN 
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Ruh'n in Frieden alle Seelen,  
Die vollbracht ein banges Quälen,  
Die vollendet süßen Traum, 
Lebenssatt, geboren kaum, 
Aus der Welt hinüberschieden:  
Alle Seelen ruhn in Frieden!

Und die nie der Sonne lachten, 
Unterm Mond auf Dornen wachten, 
Gott, in reinen Himmelslicht,  
Einst zu sehn von Angesicht:  
Alle die von hinnen schieden, 
Alle Seelen ruhn in Frieden!
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LETANÍA. EN EL DÍA DE TODAS LAS ALMAS 
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Descansen en paz todas las almas,
Las que grandes angustias padecieron,
Las que sus dulces sueños lograron,
Las hartas de la vida, las que apenas nacidas
Han abandonado el mundo:
¡Todas en paz descansen!

Las que bajo la luz del sol nunca rieron
Y a la luz de la luna velaron entre espinas
Para ver al fin a Dios
Cara a cara en la luz celestial,
Todas las que de aquí han partido:
¡Todas en paz descansen!


Y aquí  os dejo esta otra interpretación, íntima hasta el susurro y sobrecogedora, del bajo-barítono galés Bryn Terfel:   https://youtu.be/h8-AOKJIUQM

  

08 septiembre 2018

Con aire de filósofos amargos


Ahora sí que sí. Esto es Septiembre.
No es cuestión de cantidad, de días más o menos largos, de las horas de luz menguantes o la creciente oscuridad. No es eso lo que se nos mete en el alma.
Es, como todo lo que se mete en el alma, una cuestión de cualidad.
Ese ligero cambio, ese no sé qué en la luz y en su modo de envolvernos, ahora casi piadoso.
Es el lento aprendizaje al que nos somete el otoño, entrenándonos, año tras año, en el difícil arte de no resistirse,  de disponerse a morir. 
Una y otra vez, año tras año, repasamos la lección: por septiembre el capítulo de la muerte, después llegará abril con el de la resurrección.
Porque no sólo hay que aprender a morir, esa es la parte fácil, hay que aprender, sobre todo, a resucitar. 
De momento, esto es septiembre y aquí os dejo con Carlos Marzal:


                                                    A Fernando Delgado
AULLIDOS EN SEPTIEMBRE                                                         

Ha cambiado la luz: esto es septiembre.

La fórmula del aire ha padecido
la imperceptible mutación fatal
que sólo se percibe en el espíritu;
esta milmillonésima unidad de nostalgia
que flota alrededor y que electriza
la túnica inconsútil de las tardes.

El peso de la luz ha transformado
la eterna proporción de nuevos óleos
que enturbian hacia el gris la transparencia;
los plomizos pigmentos que averiguo
en la balanza de la hipocondría,
y cuya nada impregna el horizonte.

Ya se ha desvanecido en el silencio
el rumor entusiasta de los veraneantes,
y las casas adquieren su pátina lunar,
su quietud de artilugio al que nadie da cuerda.
Las piscinas difunden con un escalofrío
el eco fantasmal de su música acuática.

Entonces aparecen errabundos
los perros que abandonan a su suerte.
Como cada septiembre, merodean
con aire de filósofos amargos,
y ladran mendicantes a una luna
que los contempla impávida en su cielo.

¿Y en qué roto verano sucedió mi extravío?
¿A quién se le ocurrió la idea de perderme?
¿Dónde estuvo la casa de mi sueño y mi dueño?

Septiembre se desploma
                         aullando en esta página.


Carlos Marzal, Metales pesados (Parte III ."La mirada conforme") 
Tusquets. Barcelona, 2001



18 agosto 2018

Lectura y locura


"-GASTÓN GARCÍA: … Pienso también en la madre, que se la pasa leyendo novelas, todo tipo de novelas excepto las argentinas.
-RICARDO PIGLIA: No quiere leer novelas argentinas, no.
-GG: Dice que esas “historias ya las conoce”
-RP: En eso se parece a mí... La madre es un personaje lateral, que en vez de enloquecer leyendo, como es tradicional, pierde la calma cuando no está leyendo.
-GG: ¿Y en eso también se parece a usted?
-RP: También. La lectura también es un espacio de calma, de corte con la realidad. Yo tengo una teoría, porque como sabés los argentinos no tienen ideas pero tienen teorías, entonces voy a hacer una teoría sobre la locura: la locura es un exceso de realidad. No tanto una carencia de realidad, sino un exceso que pone al sujeto en situaciones muy extremas. Entonces leer un libro, estar conectado a un mundo de ficción, supone un cierto aislamiento en lo que la realidad insiste en provocar. La lectura es un espacio de calma."


Ya me parecía a mí....que no fueron los Palmerines, ni los Amadises, ni las novelas de caballerías las que enloquecieron a Alonso Quijano. Más bien al contrario. Fueron su refugio, su espacio de cordura.  Le permitieron convertirse en don Quijote. 
¿Qué habría sido del infeliz sin ellas? 
Estoy segura de que Cervantes, que sabía de lecturas y de insoportables excesos de realidad, compartía la teoría de Ricardo Piglia. Es otra teoría, por supuesto.

31 mayo 2018

ESPERAR SENTADO


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"Baptisterio de Florencia. En la puerta, la Spes de Andrea Pisano. Sentada, levanta los brazos inútilmente en dirección a un fruto que no puede alcanzar. A pesar de ello, tiene alas. Nada más verdadero."
Walter Benjamin, Dirección única.

"...Pero la esperanza no es más que la desconfianza del ser frente a los precisos diagnósticos  de su intelecto. Insinúa que toda conclusión desfavorable al ser tiene que ser un error de la inteligencia"
Paul Valéry, La Crise de l'esprit. Première LettreNRF (Tome XIIIp. 321-337).


En el Baptisterio de Florencia, la Esperanza de Andrea Pisano, sobre la que reflexionaba W. Benjamin, tiene alas, pero no vuela. Mira a lo lejos, tiende los brazos y con el torso erguido parece disponerse al vuelo. Sin embargo ... permanece sentada. La esperanza de Pisano es una contradicción, un ser demediado. De cintura para arriba, pura tensión, como la flecha a punto de salir del arco. De cintura para abajo es la imagen del cansancio, pura resignación.

La esperanza, apunta Valéry, es una desconfianza, no una confianza (Mais l'espoir n'est que la méfiance de l'être à l'égard des prévisions précises...). Es una diferencia importante.

La esperanza es uno mismo desconfiando de uno mismo. Es un combate, no es un refugio. Es el sí frente al no y el no frente al sí. 
La esperanza es trabajosa, y se cansa. Por eso se sienta.