07 agosto 2023

Adam Zagajewski. Una leve hartura de "ismos"

 

"Raras veces nos damos cuenta de lo mucho que hemos perdido por el hecho de que, en la vida intelectual, proliferen desde casi un siglo los sistemas. En la edad de las ideologías, en todas partes y también en las universidades, o sobre todo en ellas, se señorean los sistemas -ismos de toda clase-, los varios matices del marxismo, pero también el psicoanálisis, el vanguardismo o el estructuralismo, ese aristotelismo para menesterosos, con numerosas variantes `provistas del nefasto prefijo post (...), sectas y subsistemas que invariablemente tenían o tienen a sus profetas en París (...). Algunos sistemas, por ejemplo el psicoanálisis, pueden tener una utilidad práctica como arte de tratar a la gente, asistirla, ayudarla y curarla, pero, en el fondo de los fondos, los sistemas son la lacra de la mente y de la vida intelectual. Los sistemas nos han convertido en esclavos y enanos. ¡Qué distinta es la contemplación desinteresada del mundo, como ocurre por ejemplo en la Oda segunda de Paul Claudel, donde el autor exclama: "Oh, credo íntegro de las cosas visibles e invisibles..."! Y, de hecho, esto es lo único que cuenta: la contemplación desinteresada del mundo, llena de arrobo, de horror, o de una mezcla de las dos cosas.. Los sistemas impiden la contemplación desinteresada del mundo; son cedazos que segregan, eliminan. allanan, simplifican y empequeñecen. Son como los trucos mnemotécnicos: ideales para un curso intensivo nocturno... Quien consiga dominar alguno -y para eso basta con aplicarse a fondo un par de meses- será eximido de poseer conocimientos reales, de una erudición verdadera, alegre, independiente y abierta a la realidad, a decenas de tradiciones y a un centenar de pintores, compositores y escritores que no tienen nada o casi nada en común y jamás permitirán que los ordenemos dentro de un sistema, porque cada uno de ellos ha buscado la verdad por cuenta propia (...) y cada uno ha pagado un precio diferente por su búsqueda. Algunos se encontraron y hasta se hicieron amigos, como Delacroix y Chopin; otros no sabían nada de los demás y todavía hoy siguen sin saber. Aquellos que sólo anhelan la contemplación apacible del mudo no fundan asociaciones y no llevan ningún carné. Tampoco buscan una justificación teórica para sus obras. En su magnífico poema sobre Chopin, Gottfried Benn dice:

...Cuando Delacroix desarrollaba teorías,/ él se inquietaba  por no poder a su vez/ fundamentar los nocturnos.(1)

¡Extraordinario: fundamentar los nocturnos!"

 

(1) "Nicht sehr ergiebig im Gespräch,/Ansichten waren nicht seine Stärke,/ Ansichten reden drum herum,/ Wenn Delacroix Theorien entwickelte,/ Wurde er unruhig, er seinerseits konnte/ Die Notturnos nicht begründen". Gottfied Benn. Chopin. 

_______________________

Adam Zagajewski. Una leve exageración. Acantilado, Barcelona 2019.