27 julio 2023

En medio de un paisaje de muerte





Tchaikovsky 
Violin Concerto in D Major, Op. 35 - II. Canzonetta, Andante
 

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"Estoy escuchando el concierto para violín de Chaikovski, que apenas conozco porque hasta hace poco rechazaba obstinadamente a este compositor por considerarlo demasiado sentimental y facilón. Pero, con el paso de los años, uno se vuelve más tolerante y ahora descubro mucha belleza en él. Mientras sonaba la parte central de la obra - la Canzonetta. Andante- he recordado algo que Sviatoslav Richter contó en el curso de una entrevista con Bruno Monsaingeon: durante la guerra, fue a parar al Leningrado sitiado, donde tenía que dar un concierto. Encontró una ciudad donde había tanta gente que moría bajo las bombas y los obuses, y en invierno por añadidura de inanición y de hambre, que a lo largo de los muros de las casas y en los puentes de los canales yacían durante largo tiempo los cadáveres congelados que nadie retiraba. Y en aquella ciudad mísera y atormentada que disponía de una red radiofónica extensísima (una peculiaridad de la Unión Soviética: altavoces en todas las calles y la posibilidad de transmitir a cada momento el estado de ánimo del caudillo a las almas de los ciudadanos), de todos los megáfonos se derramaron las notas del movimiento lento del concierto para violín, la Canzonetta. Andante.

 

 No me lo puedo quitar de la cabeza. La contraposición ente la heroica ciudad moribunda, donde los ancianos y los enfermos pagaban con sus vidas las decisiones de las autoridades militares, y el parsimonioso canto del violín, el contraste de las calles lúgubres, las ruinas y el hedor con esta dulce cantinela no me dejan tranquilo. De todos los postes, de todos y cada uno de los megáfonos, esta preciosa melodía. en medio de un paisaje de muerte".


Adam Zagajewski. Una leve exageración. Acantilado. Barcelona 2019.



16 julio 2023

Simone Weil: Literatura y moral: Sólo los genios (2)

"... La littérature étant surtout faite de fiction, l’immoralité en semble inséparable. C’est bien à tort qu’on reproche aux écrivains d’être immoraux, à moins qu’on ne leur reproche en même temps d’être écrivains, comme on avait le courage de le faire au XVIIe siècle. 

Chercher un remède à l’immoralité des lettres, c’est une entreprise tout à fait vaine. Le génie est l’unique remède, et la source n’en est pas à la portée de nos efforts. Mais ce qui peut et doit être corrigé, par la considération même de cette immoralité irrémédiable, c’est l’usurpation par les écrivains d’une fonction de direction spirituelle qui ne leur convient aucunement. Seuls les génies de premier ordre dans leur pleine maturité sont aptes à l’exercer."


"...A la literatura, compuesta sobre todo de ficción, la inmoralidad le resulta inseparable. No tiene sentido que se critique a los escritores por  ser inmorales, a menos que se les critique a la vez por ser escritores, como tenían el coraje de hacer en el siglo XVII.

Buscar un remedio a la inmoralidad de las letras es una empresa completamente vana. El genio es el único remedio, y su fuente no está al alcance de nuestros esfuerzos. Pero lo que puede y debe ser corregido, por la sola consideración de esta inmoralidad irremediable, es la usurpación por parte de los escritores de una función de dirección espiritual que no les corresponde de ningún modo. Solo los genios de primer orden en su plena madurez son aptos para ejercerla. "


Simone Weil. «Morale et littérature». Cahiers du Sud, nº 263, 1944. Publicado bajo el seudónimo  Emile Novis  


04 julio 2023

Simone Weil. Literatura y moral: El bien y el mal ficticios (1)

 


"Rien n’est beau, merveilleux, perpétuellement nouveau, perpétuellement surprenant, chargé d’une douce et continuelle ivresse, comme le bien. Rien n’est désertique, morne, monotone, ennuyeux comme le mal. Il en est ainsi du bien et du mal authentiques. Le bien et le mal fictifs ont le rapport contraire. Le bien fictif est ennuyeux et plat. Le mal fictif est varié, intéressant, attachant, profond, plein de séduction. […] L’irréalité ôte toute valeur au bien."

"Nada es tan bello, maravilloso, perpetuamente nuevo, perpetuamente sorprendente, cargado de una dulce y continua emoción, como el bien. Nada es tan desértico, sombrío, monótono y cansino como el mal. Ello es así para el bien y el mal auténticos. El bien y el mal ficticios están en una relación inversa. El bien ficticio es aburrido y soso. El mal ficticio es variado, interesante, atrayente, profundo, lleno de seducción. (...) La irrealidad despoja de todo su valor al bien"


Simone Weil. Cahiers du Sud, nº 263, 1944. Publicado bajo el seudónimo anagram. Emile Novis