17 septiembre 2019

Ni puedo ni quiero (Kant contra Kant)


"La balanza de la razón no es, en efecto, absolutamente imparcial, pues uno de sus brazos -el que lleva  la inscripción "esperanza de futuro"- cuenta con una ventaja mecánica, merced a la cual aquellas razones, aun livianas, que caen en su platillo, hacen alzarse en el otro especulaciones de mayor peso específico. Esta es la única inexactitud que no puedo, ni tampoco quiero, eliminar."
I. Kant. Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la metafísica (1766) 
Muy bonito lo que dice este Kant defensor de la esperanza,  tan ingenioso y encantador como siempre. Sólo hay dos cosas que me sorprenden y paso a comentaros, más que nada por no callar:
En primer lugar, la supuesta relación amistosa entre la razón y la esperanza  no parece que esté nada clara. Yo diría más bien que, por lo general, razón y esperanza no se miran con mucha simpatía.
En segundo lugar, el reconocimiento de esa  inexactitud de la razón, por muy "única" que Kant quiera que sea -además de negarse a eliminarla, cosa que le honra- ¿no supone el reconocimiento de un pequeño problema en cuanto a  la capacidad de esa razón para ejercer como legisladora universal?  ¿No introduce una peligrosa grieta en su perfecto edificio imperativo y categórico? Y si la grieta fue lo primero y el edificio vino después, todavía peor (Los sueños del visionario son del denominado periodo precrítico, anteriores a la Crítica de la razón pura y sus otras grandes construcciones morales). 
¿Cómo puedes decirnos, Kant, precisamente tú, que la balanza de la razón tiene el fiel trucado? No tires piedras contra tu propio tejado, ¿no ves que nos confundes?  Qué podría, siendo así,  llenarnos el  ánimo de  creciente admiración y respeto: El cielo estrellado sobre mí, y la ley moral  -de una razón inexacta, tendenciosa y nada pura-  dentro de mí?
Lo tomaremos como un momento de debilidad, un resbalón. Consuela saber que hasta Kant los tuvo.
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De todos modos, volviendo al tema de la esperanza, antes que con la razón artera de este Kant antikantiano, me quedo con lo que decía Valéry. En cualquier caso, al final, hay algo en lo que  coinciden: Tanto para Kant como para Valéry, llame como llame cada uno a las fuerzas que contienden (razones livianas contra especulaciones de peso, corazón contra intelecto,  resistencia del ser contra las negras previsiones...), la esperanza es un combate. Y un combate desigual, en eso también están de acuerdo. De un lado un peso pluma, del otro un peso pesado. La eterna historia de David, ese alfeñique insensato por el que nadie daría un duro, frente al aterrador Goliat.
Afortunadamente, todos llevamos en el fondo del alma el desenlace de esa historia. La esperanza es el gigante en el suelo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Confiamos / en que no será verdad / nada de lo que pensamos", dijo Machado.
Y comenta así el poema, en una carta a Unamuno:
"Creo haber[lo] dicho en una copla, pero me refiero al pensar desustanciado y frío, al pensar que se mueve entre rfelaciones, entre límites, entre negaciones, al pensar por conceptos vacíos que no puede probar nada de cuanto alienta en nuestro corazón".

Cristina Brackelmanns dijo...

Exacto!! Qué maravilla.
Mira que los poetas suelen cargarse los poemas cuando entran a comentarlos. A Machado sin embargo, aunque el poemita se basta y se sobra, siempre da gusto leerlo.
Muchísimas gracias.