14 junio 2022

De encuentros y distanciamientos. Ludwig Wittgenstein y sus amigos ingleses (2)

 Cont.

"Si Wittgenstein hubiera seguido la sugerencia de Rusell  [ Russell le proponía enviar el Tratado a Estados Unidos sin esperar al final de la guerra, desde allí se lo reenviarían a Inglaterra para su publicación], el trabajo que se hubiera publicado hubiera sido, en muchos aspectos, similar al que ahora conocemos como el Tractatus. Es decir, habría contenido la teoría figurativa del significado, la metafísica del "atomismo lógico", la distinción entre decir y mostrar... y el método de las tablas de Verdad (utilizado para mostrar que una proposición lógica es una tautología o una contradicción). En otras palabras, habría contenido casi todo lo que ahora contiene el Tractatus, excepto los comentarios que hay al final del libro acerca de ética. estética, el alma y el significado de la vida. En cierto modo, por tanto, habría sido un libro del todo distinto. Los años en los que el libro sufrió su transformación final  -y más importante- fueron aquellos en los que Wittgenstein y Russell no tuvieron ningún contacto. El cambio en la concepción del libro -y la consiguiente transformación del propio Wittgenstein- llegó por tanto en una época en que no mantenía contacto alguno con sus amigos ingleses".

"Quizá podía preverse la naturaleza de este cambio en las discusiones que tenía en Sokal con Bieler, dicusiones que, dice Bieler, "a veces nos absorbían tanto que perdíamos completamente de vista el momento y el lugar en que nos encontrábamos:

Recuerdo un incidente cómico. Era la vísoera de Año Nuevo de 1915. El comandante nos había invitado al comedor de oficiales para la celebración del Año Nuevo. Cuando acabó la cena faltaba poco para las diez y los dos nos retiramos a la habitación de Wittgenstein a reanudar el tema del día anterior. Más o menos a las once los oficiales nos hicieron saber que era hora de ponerse en marcha para llegar a tiempo a la fiesta. No tardamos en olvidarnos de la invitación y proseguimos nuestra discusión hasta que oímos unas voces bastante sonoras. Eran nuestros camaradas que llegaban muy alegres a las cuatro de la mañana. Al día siguiente tuvimos que presentar nuestras excusas al comandante y le felicitamos el año con un pequeño retraso."

"Tal intensidad sugiere una total entrega por parte de Wittgenstein. Y eso que el tema de las discusiones no era la lógica. De lo que hablaban era del Evangelio de Tolstói y de Los hermanos Karamazov de Dostoievski. Era éste un libro que Wittgenstein leía con tanta frecuencia que se sabía pasajes enteros de memoria, en particular los discursos del anciano Zosima, que para él representaba un poderoso ideal cristiano, un santo "que podía ver directamente en el interior del alma de las personas".

    Ray Monk, Ludwig Wittgenstein, Anagrama, Barcelona 1997.

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