La primavera viene de puntillas, como el papá Noel de los niños.
Me propongo, de nuevo cada vez, acechar, vigilar mejor su entrada; pero permanece en ella algo misterioso, furtivo. Uno deja un instante de pensar en eso; los ojos se le cierran o se desvían hacia un libro… Uno levanta la cabeza y ya está ahí.André Gide, Journal (1926-1950), t. II
['Vigilar' a la primavera, 'acecharla' dice Gide con esa palabra tan reveladora. No hace falta que preguntes a nadie por su edad, no hace falta ni siquiera verlo delante. Sólo escúchalo hablar de la primavera: si la padece, si la presiente, si la disfruta o no la nombra, si la acecha, si la ignora...]
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