16 septiembre 2013

Aunque amenazado, vivo. "Resucitar", Christian Bobin (2)


Dejo de remendar la anterior entrada, que cada vez que la veo le doy un  meneo, y vamos por otro parrafito de Ressusciter, por ejemplo este que me encanta. Una comparación de las que no se olvidan ya se lea al derecho o al revés, es decir, para no abrir el melón antes de tiempo: a como b, o b como a (a mí del revés, b como a, quizá porque tengo más a mano los b que los a, me gusta todavía más):
"Les bourgeons du tilleul se sont ouverts et les premières feuilles en sortent, petites et chiffonnées comme des mouchoirs d'enfant tirés du fond d'une poche."
"Los brotes del tilo se han abierto y salen de ellos las primeras hojas, pequeñas y arrugadas como pañuelos de niño sacados del fondo de un bolsillo."

Y finalmente, y ya lo dejamos, este otro párrafo: Torres y torres de cubos de colores, cada vez más altas, cada vez más vistosas. Empezamos a construir de chicos y ya no paramos; en vez de letras, apilamos palabras, razones, argumentos sesudos, cubos pro domo nostra -siempre pro domo, se trata de construir... Hasta que llega un viento, sobre todo el último, que es un ventarrón, y cataplum:
"Il y a toujours un instant où la parole d'un intellectuel, si savante soit elle, m'apparaît comme un empilement de cubes coloriés portant sur leurs faces, imprimées en gros caractères, les lettres de l'alphabet. Je ne l'ecoute plus alors, je me demande seulement quand la vie viendra taper du pied contre cette construction pour la faire s'effondrer, que se découvre enfin son architecte -l'enfant tyrannique et peureux, certain que, derrière sa muraille montant jusqu'au ciel, personne ne viendrait le chercher. C'est ainsi que m'apparaissait C. quand il me parlait de la mort en una langue précieuse, saturée par toutes les pensées de l'Orient et celles de l'Occident. La maladie vient de plonger une main dans sa gorge, il m'a écrit pour m'en informer et me dit simplement qu'il tremble: tous ses cubes se sont effondrés, il n'en a plus à sa disposition et je le découvre, bien que menacé, pour la première fois, vivant."
"Siempre hay un instante en el que el discurso del intelectual, por sabio que sea,  se me figura una pila de cubos de colores con las letras del alfabeto impresas sobre sus caras en caracteres gruesos. Dejo de escucharlo entonces, solamente me pregunto cuándo vendrá la vida a pegarle un puntapié a esa construcción para tirarla por tierra y dejar al descubierto a su arquitecto -el niño tiránico y miedoso, seguro de que, detrás de su muralla alzada hasta el cielo, nadie vendrá a buscarlo. De esa forma se me aparecía C. cuando me hablaba de la muerte en una lengua exquisita, saturada de todos los pensamientos del Oriente y los del Occidente. La enfermedad acaba de echarle una mano al cuello, me ha escrito para informarme y me dice simplemente que tiembla: todos sus cubos se han desmoronado, no tiene más a su disposición y lo descubro, aunque amenazado, por primera vez, vivo."

Christian Bobin, Ressusciter, Gallimard-Folio, 2001.

2 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Qué bien el pañuelo arrugado que sale del bolsillo del niño. Y el otro texto, ay.

Cristina Brackelmanns dijo...

Para mí es un pañuelo arrebuñado, de toda la vida, pero resulta que la palabra no existe. Para la RAE, no puede decirse ni hecho un rebuño ni arrebuñado, debe de ser un palabro familiar. Lo de arrugado se me quedaba un poco soso, pero aun así es una comparación preciosa.
Y sí, ay, pero hasta la zarpa al cuello trae su lado bueno. Aunque si luego lo suelta, mejor, claro.