22 noviembre 2011

"Regen, regen..." ("Lluvia, lluvia...") de Ricardo Defarges


Enrique García-Máiquez publica hoy en su Blog, Rayos y Truenos, un precioso poema de Ricardo Defarges, titulado "Regen, regen..." El poema, que gira en torno a uno de esos encuentros azarosos que nos dejan huellas profundísimas e inexplicables -tan profundas y tan inexplicables que el encuentro, en vez de azar, parece destino-, probablemente no habría sido escrito, o lo habría sido de otro modo, si el afán del poeta por encontrar de nuevo la pieza (y cabe imaginar que a la dama misteriosa que la entonó por última vez), no hubiera sido en vano. Es muy cierto lo que comenta EGM sobre la trivialización de las artes, todas accesibles a un clic. Es cierto que la irrepetibilidad acentúa la impresión de la belleza, y también lo es que la posibilidad de la repetición puede ir en contra del recuerdo, de su asentamiento en el alma. Puede ir en contra, sí, pero no siempre puede. A veces es la misma fuerza de la impresión, su profundidad, la que convierte el instante en irrepetible. Una vez marcado, una vez impreso, el recuerdo permanece en el fondo del alma y ni doscientos clics, entonces, podrían alterarlo. El pobre clic, el que a veces buscamos como locos, sin descansar hasta que lo encontramos (y estoy pensando en la búsqueda desesperada de una música de Arvo Pärt que oí en la radio de la cocina mientras batía un huevo, y en cómo el huevo se quedó suspendido en el aire; y en la alegría cuando conseguí el disco, y en la de tenerlo a mano ahora), ya sólo sirve para rememorar aquella primera impresión, para ayudarnos a revivirla, para acompañar, como las fotos de los que queremos y nos quisieron y ya no están.

Dicho lo cual, como el poema ya está escrito y, sean las cosas como sean, no le va a perjudicar, aquí está la letra de la inolvidada canción que el poeta sólo escuchó dos veces. La música (a otro clic en youtube para quien quiera) la sigo dejando en el misterio. Pongo la letra porque la lectura del poema, acordándome de la canción, me ha emocionado doblemente, y porque, en el fondo, el poema y la canción (sobre un lied de Matthias Claudius, de 1775) se hacen eco. Por otra parte, estoy casi segura de que Ricardo Defarges acabó encontrando la pieza:


Ein lied um Regen--------------------Una canción pidiendo la lluvia

Regen, Regen, komm herab! ---------- Lluvia, lluvia, cae ya!
Unsre Saaten stehn und trauern,------Nuestros sembrados aguantan y penan,
Und die Blumen welken. ---------------Y las flores se marchitan

(Der Zweite)--------------------------------(segunda voz)
Regen, Regen, komm herab! ----------- Lluvia, lluvia, cae ya!
Unsre Bäume stehn und trauern! ------Nuestros árboles aguantan y penan,
Und das Laub verdorret.----------------Y el follaje se seca.

(Der Erste)-----------------------------------(primera voz)
Und das Vieh im Felde schmachtet,-----Y enflaquece el ganado en el campo,
Und brüllt auf zum Himmel.-------------Y muge mirando al cielo.

(Der Zweite)-----------------------------------(segunda voz)
Und der Wurm im Grase schmachtet,----Y adelgaza el gusano en la hierba,
Schmachtet und will sterben.-------------Adelgaza y quiere morir.

(Beide)-------------------------------------------(ambas)
Laß doch nicht die Blumen welken!-------No dejes que se marchiten las flores,
Nicht das Laub verdorren!----------------No dejes que las hojas se sequen,
Oh, laß doch den Wurm nicht sterben!---Oh, no dejes que el gusano muera,
Regen, komm herab! ---------------------Lluvia, cae ya.

* Matthias Claudius (1740-1815). Sämmtliche Werke des Wandsbecker Bothen

Y a continuación el poema de Defarges:
Regen , regen...

Sólo lo escuchaste dos veces.
En Santa María la Blanca
por vez primera; años después,
en un teatro madrileño,
la mujer del poeta amigo
(los mismos que en Toledo),
le pidió que te lo cantase
a la dama judía misteriosa,
que nunca más volviste a ver.
En vano te afanaste
por encontrar la pieza.
Pero a lo largo de los años,
aquella solitaria lluvia
ha seguido calándote el alma.
Te espera tal vez al otro lado.

* Ricardo Defarges, Este don a la muerte, Renacimiento, 2011

12 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Cuántos enlaces y qué bien puestos.

Yo he buscado regen, regen en google, pero me he cansado pronto: google no te ayuda si no sabes antes: muchas gracias.

Cristina Brackelmanns dijo...

Buen maestro que tuve.
El último enlace, el de la Universidasd de Hamburgo en el que sale la portada de la obra original (con un antetítulo latino que no entiendo), es muy bueno, tiene la letra de casi todos sus Lieder (digo yo que es el último, sobre Sämmtliche Werke, porque al final los he repartido a boleo).

gracias, Ángel (¿no te encanta lo del gusano que adelgaza y quiere morir?).

Cristina Brackelmanns dijo...

perdón: A voleo, que nunca sé si tiene que ver con las bolas o con el vuelo.

Cristina Brackelmanns dijo...

glup, y ahora me acuerdo de tu régimen. No iba con intención, eh, es sólo que me gracia imaginarme un gusano delgaducho queriéndose morir de verse tan flaco.

Ángel Ruiz dijo...

Si yo ya ni me acuerdo del régimen.

Mora Fandos dijo...

Todavía estoy viendo ese huevo, Cristina: debe de ser una gran música. Muy plástica y efectiva tu narración.

Y complementas muy bien lo de Enrique. Al final, solo queda aquello a lo que se vuelve; sea con clics de ratón o de famóbil, o con el simple pensamiento.

E. G-Máiquez dijo...

Vuelvo de Madrid, ida y vuelta corriendo, y me encuentra estas maravillas de clics. Muchísimas gracias.

Y qué bien escrito: el azar que se hace destino por hondo, y "puede ir en contra... pero no siempre puede" y las fotos de los que ya no están...

Gracias mil.

Cristina Brackelmanns dijo...

Se paró el tiempo, José Manuel.
Era Spiegel im Spiegel http://www.youtube.com/watch?v=TJ6Mzvh3XCc&feature=related
En el enlace, para piano y viola, pero en el disco, en el que se alterna tres veces con otra pieza titulada Für Alina, hay una versión para violoncello y piano, que es la que más me gusta.
He leído por ahí que Pärt dice que su música es como la luz blanca, cuyos colores aparecen al descomponerse en un prisma, el prisma es el espíritu del que oye la música. Y debe de ser así, porque hay a quien le parece simple y repetitiva. A mí me ordena por dentro.
Al final sólo queda aquello a lo que se vuelve... y sólo se vuelve a aquello que queda.

Cristina Brackelmanns dijo...

Gracias mil a ti, Enrique. Por la preciosidad del poema de Defarges y por su estupendo y sugerente comentario. Y por tu ya archiconocida amabilidad.

Mora Fandos dijo...

Preciosa música, con el contraste de las gotas del piano, constantes, y las notas largas de la cuerda. Hoy lo llamaríamos minimalista, me recuerda a música de película- sin ningún matiz peyorativo- porque tiene sentido narrativo.
Y qué certera metáfora la de prisma.
Y lo de volver y quedar, así es.

Cristina Brackelmanns dijo...

Te dejo aquí otro enlace. La versión, para violín y piano, es mucho mejor, y el volumen también (además es justo la del disco, de ECMRecords, que tanto me costó encontrar):
http://www.youtube.com/watch?v=ccbIB5SeFDY&feature=related

Mora Fandos dijo...

Muchas gracias, suena muy bien, la contrastaré con la otra versión.