El Alva hermosa y fría,
Que bien puede ser fría y ser hermosa,
Como mujer casera y hazendosa,
Con la primera luz del claro día
Se levantó, aliñando paralelos,
Barriendo nubes y fregando Cielos.
Salía con las crenchas destrençadas,
El jaque descompuesto,
Y echada por los hombros la basquiña;
Sólo un zarcillo puesto,
Que porque el Sol, que viene, no la riña,
Y regarle el salón del Mundo puesto,
Dexó prendido el otro en la almohada;
La saya arremangada,
y el manteo de buelta solo baxo:
Dexando el estropajo,
Que del cielo labó los azulejos,
Por dar al orbe luzes y reflexos,
Tomó la regadera,
Y desaguando una tinaja entera
Que estava serenada de la noche
Del Cielo en los desvanes,
En que tuvo en remojo tulipanes,
Y una jarra con rosas y alhelíes,
En los zaquizamíes,
Antes que el sol sus rayos desabroche
(si los rayos del Sol tienen corchetes),
Regó las plantas, y roció las flores;
Y salpicando a algunos ruiseñores,
A entonar empezaron mil motetes
Con sonora armonía,
Mas nada de la letra se entendía.
Matizó de colores los regazos
De las altas montañas;
Y peinando de sombras las marañas,
Dexó caer los braços,
Luego apretó los puños a menudo
Y dio mil esperezos,
Otros tantos bostezos,
Y en uno y otro remató estornudo,
Que con la madrugada
Salió la Aurora un poco acatarrada.
Bordó de plata las espumas canas
De los ríos undosos,
Y de los turbios charcos cenagosos
Oyó callar las ranas,
Cantaron los jilgueros,
Y callaron los grillos,
Con los páxaros tristes y agoreros,
Verbi gracia lechuzas y cuclillos,
Los montes y las lamparas dexaron
Y a las hondas cabernas se baxaron.
Ya empezaran las vozes y bullicios
De los viles mecánicos oficios,
Si no en valor, en el trabajo iguales;
Y el de los oficiales
Al canto de los páxaros ayuda;
Pues cada qual canoro la saluda,
Con blanda voz que al Zefiro regala,
Con la dulce canción de lili lala,
O con la que estilo heroyco admira,
cuyo concepto acaba en tararira.
Como el titiritero,
Que después de tener el teatro a obscuras,
Enseña al auditorio las figuras,
Poniendo en el tablero
Las escondidas luces;
Arremedando al Cielo las capuzas,
La clara luz del día,
Las figuras del Mundo descubría:
La comparacioncilla tiene gala,
Y aunque lo diga yo no ha estado mala.
...
Agustín de Salazar y Torres (1642-1675), ESTACION PRIMERA DE LA AURORA. Discurso Primero. Sylva I. Cithara de Apolo. Varias poesías divinas y humanas que escribió don Agustín de Salazar y Torres y saca a luz don Juan de Vera Tassis y Villarroel, su mayor amigo. Primera Parte (Madrid, 1694).
[Aquí un enlace a la reproducción digital del original conservado en la Biblioteca de la Universidad de Granada (y otro a los sonetos, que no tienen desperdicio). Don Agustín, nacido en Almazán y criado en México junto a su tío, Obispo de Campeche, con menos de doce años recitaba Las Soledades y el Polifemo de Góngora "comentando los lugares oscuros y desatando intrincadas cuestiones". Tras volver a España con el duque de Alburquerque, fue nombrado Capitán de Armas de la provincia de Agrigento en Sicilia, "antes de pasar a Alemania con la Señora Emperatriz en compañía del Sr. Duque de Alburquerque". Murió en Madrid con menos de treinta y cuatro años, "extenuado y atrófico", en circunstancias tan oscuras como los lugares de Góngora que descifraba de niño. "Fue tan gallarda su facundia, quanto severa su desgracia, ¿pero quando no fueron correlativas entre sí estas calidades?" dice Juan de Vera y Tassis en el Discurso de la Vida y Obras de D. Agustín de Salazar, para concluir: "...y tú (o passagero, o lector), qualquiera que seas, lee, atiende, admira, y llorarás con todos"]
11 comentarios:
Pardiez que tiene gracia el Salazar,
y al léxico cultista dando vuelta,
la canora metáfora ya absuelta,
más gracia tiene que el poeta impar.
eb
¡Una maravilla! ¡Qué maravilla!
Gracia a espuertas, y cultura de tirar de espaldas, y oficio y facilidad, que los versos cantan, corren y vuelan; pero también delicadeza y ternura (a mí lo del zarcillo me puede), y sentimiento, no sé, algo distinto de todos los otros jocoserios con los que siempre le juntan que también hacían parodias del culteranismo. O será que me cae simpático, por esta Aurora, y porque hay algo misterioso en su historia. No le dejaron tiempo de demostrar si era de los grandes.
Me alegra mucho que a ti, que tienes autoridad y saber, y andas igualmente sobrado de arte, te parezca también que "más gracia tiene que el poeta impar".
Saludos y gracias, Enrique.
A que sí. Sabía que te iba a gustar.
Busca el original, porque sigue mucho más (toda la serie que, un poco después, va encabezada por "Iba llorando y sola", en la que se describe saltando de la cama y yéndose por los andurriales "movido de un amante desconcierto"... "diziendo mil amantes desatinos/ que no dixo mas tierno Garcilaso", parece sacada del Quijote.
Gracias, Ángel (y bueno, a ver si algun día cae algún carguete de la AA de tu digna presidencia, que no dirás que no hago méritos).
Qué bonito, y tiene una soronidad y una visualidad sorprendentes. Muchas gracias, creo que lo utilizaré en el taller.
Muchas gracias.
Sí, José Manuel, no son sílabas contadas, son cantadas. Y bailadas. Y qué bien vista la visualidad.
De todos modos, si vas a usarlo, busca el original, porque merece la pena entero y porque no he respetado la acentuación, que la he actualizado.
A ver cuando impartes un taller por aquí, que me apunto corriendo.
A vos, Enrique. Por la visita y por la antología de El Antólogo. Y gracias por el aviso, que la vida es breve y cara, ya lo he tachado de la lista.
Gracias Cristina, por el aviso.
Lo del taller, pues mira, ayer mismo alguien me proponía hacer uno en Madrid, y yo encantado. Quizás de un día entero, o medio día. Te contaré, y se admiten propuestas, por si se te ocurren -me adapto con bastante facilidad-.
Hombre, José Manuel, así de pronto la propuesta que se me ocurre, a no ser que le tengas alergia invencible a Madrid, es que sea de algún diíta más.
Qué bien, ya dirás.
Nada, alergias las justas, y Madrid me inspira, así que no hay problema, puede ser más días, claro. Te enviaré un mail con posibilidades y me dices. Gracias.
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