02 octubre 2011

pedir y dar

Pedir es una forma de dar, la más limpia de orgullo y vanidad, la que más nos cuesta.
Pedir es la generosidad más pura, la más humilde, la única en la que el que da se abaja, la que nunca ofende.
Pedir es la única forma de dar que no espera gratitud, la forma en la que, como siempre debería ser, el que da es el mismo que agradece.

4 comentarios:

Enrique Baltanás dijo...

Todos somos mendigos... de algo. Pero, ¿sabemos pedir? Quizás sea eso, que seamos pobres "vergonzantes", que no nos atrevemos a pedir...

Cristina Brackelmanns dijo...

Mendigos que no saben mendigar. No podía decirse mejor. Gracias, Enrique.
¿Sabes que tengo una amiga que está yendo a un curso, de terapia asertiva o cosa así, en la que le enseñan a pedir y hasta le ponen ejercicios? No es ninguna chorrada, no sabemos pedir.
Compramos, negociamos, intercambiamos y hasta damos, pero pedir, uff...

E. G-Máiquez dijo...

A propósito de la entrada, que agradezco muchísimo, os tengo que pedir justo a vosotros dos en los próximos días de nuevo otra caridad gordísima, que es la lectura crítica de una cosa mía...

Cristina Brackelmanns dijo...

Honor que me haces, Enrique.
¿No lo ves? Tú traes la prueba de que pedir es dar. Y dar no sólo la oportunidad de dar -que era en lo que pensaba-, sino muchas más oportunidades, como la de disfrutar e incluso la de desbarrar.
Muchas gracias por tu humilde generosidad. No tienes más que pedir y, sobre todo, dar (porque en lo que a mí respecta de bien poco te puedo valer), que yo encantada.