08 abril 2012

Lo que dicen las campanas: ¡Rabboni !


Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.»
Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabboní» —que quiere decir: «Maestro»—. [Juan 20: 15-16]
Lo que sonó en el corazón de María Magdalena al oírle pronunciar su nombre y reconocerlo; lo que resonó en ese "Maestro del alma", "Maestrito", es lo mismo que resuena en el primer tañido de campana cada Domingo de Pascua.

Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. [Juan 20:6-7]
En ese sudario cuidadosamente enrollado y puesto aparte (sed separatim involutum in unum locum) del que nos habla Juan, en ese gesto de Cristo recién resucitado, cotidiano y esmerado, tan de diario como el del que dobla el pijama o el camisón al levantarse, pasada la noche, después de haber dormido; en ese gesto tranquilo y casi sonriente, se plasma toda la fuerza y la serenidad de su victoria sobre la muerte: ¿dónde está, muerte, eh, dónde está tu aguijón?

En ese sudario bien enrollado y en el "Rabboni" de María Magdalena, la primera que le vió (aquella de la que había expulsado siete demonios, como recuerda el Evangelio de Marcos: apparuit primo Mariae Magdalene, de qua eiecerat septem daemonia), la primera que le oyó: " María", su manera inconfundible de pronunciarlo... En ese gesto de Cristo y en esa exclamación de reconocimiento y amor se encierra toda la belleza, la victoria y la serenidad, toda la alegría de la Resurrección.

Que doblemos la mortaja, que el Maestro, nuestro Rabboni, está vivo; eso dicen, en todos los idiomas, las campanas al vuelo del Domingo de Pascua.

4 comentarios:

Miriam dijo...

Victoria y serenidad.
Que bien describen la Pascua esas dos palabras

Gracias, me ha tocado esta entrada

Feliz, victoriosa y serena Pascua para ti
Bss

Cristina Brackelmanns dijo...

Feliz Pascua también para ti, Miriam. Muchas gracias.

Fernando dijo...

Qué bien expresado, CB.

Sí, que de una vez podamos ver, salir de nuestra pobre monotonía, comprender que algo grande ha sucedido, no como María Magdalena al principio, no como los Apóstoles, no como Santo Tomás.

A ver si el Espíritu Santo nos lo concede antes de Pentecostés.

Cristina Brackelmanns dijo...

¿Sabes que el sábado pasado, a las doce de la noche, volví a oír sonar las campanas de una iglesita ortodoxa que hay cerca de mi casa, que celebran la Pascua una semana después?
Así es, Fernando, que nos lo conceda, que hace mucha falta, a mí no me importa ni esperarar al domingo de Pentecostés.